Ninguno de los que trabajamos en el sector de la automoción dudamos de la necesidad de seguir el mantenimiento preventivo de cualquier vehículo.
Como propietarios y/o usuarios de un coche, moto o similar, los llevamos a hacer o les hacemos sus revisiones con la periodicidad debida, sabiendo que la falta de ese mantenimiento puede derivar en averías costosas e incluso en algún accidente.
Como empresarios, gerentes y trabajadores de un taller de mecánica o chapa y pintura, no debemos olvidar que allí también trabajamos con máquinas, y que esas máquinas deben también ser revisadas con el mismo objetivo que nuestros vehículos: mantenerlas en estado óptimo de funcionamiento para obtener buen rendimiento, asegurar su durabilidad y evitar accidentes.
Es por ello necesario, al igual que tenemos un cuaderno de mantenimiento del vehículo, el contar con un plan de mantenimiento de los diversos componentes del taller para asegurar que van a funcionar correctamente y evitar futuras averías.
Un ejemplo claro lo tenemos en los compresores de aire: debemos verificar su lubrificación, el buen estado de los filtros, los reguladores o las conexiones. Los elevadores, Los filtros y aparatos de extracción de aire, las máquinas de soldadura, de carga de aire acondicionado o los cargadores de baterías también es evidente que deben ser controlados y verificados periódicamente.
Para ello, es conveniente en ocasiones el redactar un plan de mantenimiento que nos permita no solo tener un control eficaz de que las operaciones respectivas se han llevado a cabo, si no que además nos permitan evaluar y contabilizar los costes en los que incurrimos y que evidentemente afectan al rendimiento económico de nuestro taller.
Controlar los costes con el software de taller
Esos costes los podremos añadir con sus facturas de compra correspondientes en el programa de taller, y asignarlos al grupo de Gastos de conservación y reparación lo que nos permitirá el emitir informes detallados para controlar ese aspecto de nuestro negocio.
