Hoy no hablaremos del software para taller mecanico. Me permitirán que haga una reflexión acerca del fallecimiento ayer de un mito del motociclismo.

Ángel Nieto, el 12+1 veces campeón del mundo nos dejaba ayer, víctima de supongo lo que fue un fallo, despiste o un exceso de confianza.  Leí que algún testigo declaró que el casco apareció a varios metros del campeón en el accidente que desencadeno el fatal desenlace.

De aprendiz en un taller de motos a piloto

Los que eramos niños en la época en la que el zamorano/vallecano gestaba su leyenda, supimos que Nieto no llegó a ser lo que era por casualidad: fue el fruto de una determinación superlativa. Se metió de aprendiz en un taller de motos, se fue de su ciudad, peregrinó de fábrica en fábrica para lograr entrar a trabajar en una, e incluso perdió su empleo en Bultaco por irse a cambio de la comida y dormir en un coche con un piloto de la marca como su mecánico de competición.

Después de unas cuantas vicisitudes vendrían los entrenamientos en Derbi atado con cinchas a la moto para conseguir esa postura aerodinámica casi circense con la que le recordará cualquiera que lo haya visto correr y la forja de la leyenda que ya, definitivamente, es.

Sea este nuestro homenaje a alguien extraordinario, que por una desagradable broma del destino murió como consecuencia de un fallo absurdo después de haberse jugado el tipo a velocidades de vértigo encima de unas motos y con un equipamiento que no tienen nada que ver con los que disponemos hoy en día.

Ráfagas y uves (los saludos moteros) al cielo, Ángel y que al menos tu historia sirva de ejemplo a alguien para que no ceje en su empeño de hacer cosas grandes a pesar de la adversidad y siga siendo una persona entrañable cuando los éxitos lo hayan elevado a tu categoría: una leyenda.

Sergio Salvía, consultor en Futuro Informática Profesional, S.L.